Mañana llegan a su fin las vacaciones más cortas que he tenido en toda mi vida. Tanto cambio de leyes inútiles reduce, además, nuestro descanso. Pero bueno, que empiece un curso nuevo acerca que yo me pueda ir a vivir fuera de Burgos. No hay mal que por bien no venga, o eso dicen.
Para que engañarnos, ha sido un verano extraño, he conocido gente genial (muy genial), gente que tenia alrededor y que no sabia que era tan genial (muy genial) y ahora tengo que volver a ver a gente que no me gusta ver. Pero que toca aguantar, porque no son problemas para mi. A no ser que este año sea el definitivo y el año que me canse de pullitas.
En fin, ese es otro tema. El caso es que, a pesar de todo, tengo la corazonada de que este curso será diferente. Aunque nose si es corazonada o esperanza.
Se acerca el día legendario en el que me tendré que poner traje.
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